martes, marzo 07, 2006

[...]
bueno, yo no era realmente un vagabundo.
yo tenía tarjeta de la biblioteca
y sacaba y devolvía libros,
montones de libros,
siempre hasta el límite de lo permitido:
Aldous Huxley, D.H. Lawrence, e.e. cummings, Conrad Aiken, Fiódor Dos, Dos Passos, Turguénev, Gorki, H.D. Freddie Nietzche, Shopenhauer, Steinbeck, Hemingway, etc.
siempre esperaba
que la bibliotecaria me dijera:
"que buen gusto tiene usted, joven."
pero la vieja puta
ni siquiera sabía quién era ella,
cómo iba a saber quién era yo.
pero aquellos estantes contenían
un enorme tesoro:
me permitieron
descubrir a los poetas chinos antiguos como Tu Fu y Li Po
que son capaces de decir en un verso
más que la mayoria
en treinta o incluso en ciento.
Sherwood Anderson
debe de haberlos leído también.
también solía sacar
y devolver los Cantos y Ezra
me ayudó a fortalecer
los brazos si no el cerebro.
maravilloso lugar
la Biblioteca Pública de Los Angeles
fue un hogar para alguien
que había tenido un hogar infernal
ARROYOS DEMASIADO ANCHOS PARA SALTARLOS LEJOS DEL MUNDANAL RUIDO CONTRAPUNTO EL CORAZÓN ES UN CAZADOR SOLITARIO
James Thurber John Fante Rabelais De Maupassant
algunos no me decían nada:
Shakespeare, G.B. Shaw, Tolstói, Robert Frost, F. Scott Fitzgerald
Upton Sinclair me llegaba más
que Sinclair Lewis
y consideraba a Gogol y a Dreiser
tontos de remate
pero tales juicios
provenían mas del modo
en que un hombre s
e ve obligado a vivir que de su razón.
la vieja Biblioteca Pública de Los Angeles
muy probablemente
evitó que me convirtiera en un suicida,
un ladrón de bancos,
un tipo que pega a su mujer,
un carnicero o un motorista de la policía y,
aunque reconozco que puede que alguno sea estupendo,
gracias a mi buena suerte
y al camino que tenía que recorrer,
aquella biblioteca estaba allí
cuando yo era joven
y buscaba algo a lo que aferrarme
y no parecía que hubiera mucho.
y cuando abrí el periodico
y leí la noticia sobre el incendio
que había destruido la biblioteca
y la mayor parte de lo que en ella había
le dije a mi mujer: "yo solía pasar horas y horas allí …"
EL OFICIAL PRUSIANO EL ATREVIDO MUCHACHO DEL TRAPECIO TENER Y NO TENER
NO PUEDES RETORNAR A TU HOGAR.