sábado, diciembre 22, 2007

siéntese en la silla y permanezca sentado hasta que la muerte los separe

Pase mi vida amando a una mujer que amaba a otro que no la amaba a ella, sino a otra de la que nunca supo si le correspondia...
MACBA - Diciembre de 2007
Coixet - A los que aman

jueves, septiembre 06, 2007

Haiku

kagerô ya
me ni tsukimatou
warai gao


en las tinieblas
lo que ronda mis ojos
es su sonrisa
.
Kobayashi Issa et Pierrot le fou

lunes, agosto 13, 2007

Siunanochedeinviernounviajero

- Y todos los miércoles la damisela perfumada me da un billete de cien coronas para que la deje sola con el detenido. Y el jueves las cien coronas se han ido ya en cerveza. Y cuando ha terminado la hora de la visita la damisela sale con el tufo de la prisión en su traje elegante; y el detenido vuelve a la celda con el perfume de la damisela en sus ropas de presidiario. Y yo me quedo con el olor a cerveza. La vida no es más que un intercambio de olores.

- La vida y también la muerte, puedes jurarlo - terció otro borracho, cuya profesión era, como me enteré enseguida, sepulturero. - Yo con el olor a cerveza trato de quitarme de encima el olor a muerto. Y sólo el olor a muerto te quitará de encima el olor a cerveza, como a todos los bebedores a quienes toca cavarles la fosa.

He tomado este diálogo como una advertencia a estar en guardia: el mundo se va deshaciendo e intenta arrastrarme en su disolución.




jueves, julio 05, 2007

Domingos


Ocurre después de la comida. Tras el tortel, el café, el carajillo. Al mismo tiempo que una brutal somnolencia hace su aparición, cuando las conversaciones llegan a un callejón sin salida y se apagan hasta los rumores de la casa de al lado, esa donde siempre hay un bebé que nunca acaba de crecer. Llega de pronto, como una niebla espesa, más espesa que el humo del tabaco y los puros, y se aposenta encima de la mesa del comedor, en la que ya no caben más migas ni restos de comida, como un batracio satisfecho a partir de las cinco de la tarde, justo cuando uno está pensando en tomar otro café. Es la tristeza del domingo por la tarde, ese estado entre la melancolía y la pura pena que ataca a todo bicho viviente entre los tres y los noventa y tres años. Ese estado que, en los países nórdicos, contabiliza más intentos de suicidio que ningún otro momento de la semana. Ese estado que condujo a Proust a meterse en la cama y a no querer salir por más magdalenas y té que Celeste le trajera. Esa extraña congoja que empuja a mucha gente a invertir los patrones del tiempo y a intentar con desesperación prorrogar el sábado hasta el martes y a poblar los after que abren el domingo a mediodía. Esa mezcla de vagos recuerdos de infancia llenos de relamidas voces de locutores deportivos y horribles sintonías que llenaban el patio de vecinos y cuadernos escolares con deberes a medio hacer y la sensación de empezar todo de nuevo y el miedo a que nuestros amigos del viernes hubieran formado toras alianzas durante y el fin de semana y ya no nos "ajuntaran" el lunes, y el miedo, también, a que la señorita hubiera olvidado nuestros nombres.


Domingos por la tarde en ciudades desconocidas, en hoteles con moquetas imposibles y habitaciones con baños de color marrón que te empujan a pasear por bulevares vacíos con tiendas cerradas y gente que bebe sola en cafés a punto de cerrar.


Domingos por la tarde en agosto donde la ebriedad de sentir la ciudad para uno solo es reemplazada por el vértigo de tener la ciudad para uno solo.


Domingos de adolescencia a la salida de la Filmoteca, después de ver una película de Bergman (que en sus memorias hace varias referencias a la tristeza suprema del domingo por la tarde) que nos zarandea hasta la médula y que nos empujaba a partes iguales hacia el deseo de hacer cine y hacia el cementerio...
CCCB, Hammershoi e I.Coixet.
Barcelona, un domingo cualquiera


viernes, marzo 02, 2007

À bout de souffle

Patricia: ¿Por que has venido aquí?
Michel: Porque tenia ganas de acostarme otra vez contigo.
Patricia: Esa no es una razón, me parece.
Michel: Eso quiere decir que amo.
Patricia: Yo aún no sé si te amo.
Michel: ¿Cuando lo sabrás?
Patricia: Pronto.
Michel: ¿Qué quiere decir pronto?...¿Dentro de un mes, dentro de un año?
Patricia: Pronto quiere decir pronto.
Michel: Las mujeres nunca hacen en ocho segundos lo que están dispuestas a hacer en ocho días. Que más da ocho segundos u ochos días...¿Por que no ocho siglos?
Patricia: No, ocho días está bien.
Michel: Siempre los términos medios. Eso me acaba con la moral...¿Por que no quieres volver a acostarte conmigo?
Patricia: Hay algo en tí que me gusta pero no sé lo qué. Querría que fuésemos Romeo y Julieta.
Michel: ¡Esas son ideas de niña!
Patricia: Ayer tarde decías, en el coche, que no podías vivir sin mí. Romeo no podía vivir sin Julieta, pero tu sí.
Michel: No, no puedo vivir sin ti.
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Jean-Luc Godard y Centre de Cultura Contemporània de Barcelona

martes, febrero 13, 2007

Revolution

Extirpación del comunismo, implantación del consumismo: la operación ha sido un éxito,
pero el paciente se está muriendo

Barbara Kruger, Eduardo Galeano y Spencer Tunick


viernes, enero 19, 2007

La metamorfosis

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" Cuando Gregorio Samsa despertó aquella mañana, luego de un sueño agitado, se encontró en su cama convertido en un insecto monstruoso. Estaba echado sobre el quitinoso caparazón de su espalda, y al levantar un poco la cabeza, vio la figura convexa de su vientre oscuro, surcado por curvadas durezas, cuya prominencia apenas si podía aguantar la colcha, visiblemente a punto de escurrirse hasta el suelo. Innumerables patas, lamentablemente escuálidas en comparación con el grosor ordinario de sus piernas, ofrecían a sus ojos el espectáculo de una agitación sin consistencia."
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Librería Shakespeare & Co, París
y
Franz Kafka

viernes, enero 12, 2007

viajes con Heródoto

"Al fin y al cabo, el viaje no empieza cuando nos ponemos en ruta, ni acaba cuando alcanzamos el destino. En realidad empieza mucho antes y prácticamente no se acaba nunca porque la cinta de la memoria no deja de girar en nuestro interior por más tiempo que lleve nuestro cuerpo sin moverse de sitio. A fin de cuentas, lo que podríamos llamar contagio de viaje existe, y es, en el fondo, una enfermedad incurable."
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Ryszard Kapuscinski
y planes de futuro