martes, marzo 28, 2006

Amante...

... del Círculo Polar

sábado, marzo 25, 2006

Era una chica preciosa, pensé en salir con ella dos o ... tres mil veces, aunque ella nunca pensase nada parecido

viernes, marzo 24, 2006

"Esto es la muerte -se dijo el muchacho-, la consumación, la tos infernal que hace vomitar piedras, el rostro con que se castiga el mirarse demasiado en el espejo. "
Las bocas de los dos se aproximaron. Ella le pasó los dedos por los párpados. Esto es un cuento, dijo ella, que trata de un muchacho a quien besa una bruja. Voló hasta un montículo que cambia de tamaño como cambia el humor de una rana. Le acarició los ojos y se estrechó contra él. Y después que lo hubo amado y provocado su muerte, se lo llevó dentro de ella a una cabaña en el bosque. Pero este cuento, como todos los cuentos, termina con el beso. Ahora él no era más que un muchacho abrazado a aquella chica. Y la colina estaba sobre un río de verdad y los picos y los árboles que apuntaban hacia Inglaterra eran los mismos que Jarvis había conocido siempre en sus paseos con sus caballos y amantes, a lo largo de medio siglo, un siglo atrás.
"Una visión del mar" - Dylan Thomas

lunes, marzo 20, 2006

Los detuvieron por atentado al pudor. Y nadie les creyó cuando el hombre y la mujer trataron de explicarse. En realidad, su amor no era sencillo. Él padecía claustrofobia, y ella, agorafobia. Era sólo por eso que fornicaban en los umbrales.

Mario Benedetti

viernes, marzo 17, 2006

martes, marzo 14, 2006

Se besaban. Y no veas cómo. Daban ganas de saltar del coche. Creo que cuando me detuve en aquel semáforo, también se detuvo el tiempo y un poco todo, las calles, el tráfico, un banco de cúmulus que avanzaba dirección Gran Vía y amenazaba tormenta. Allí estaban ensamblados el uno al otro, como piezas de Lego, no tendrían más de quince y ya comprendían que la vida consiste en devorar el tiempo, las bocas, las lenguas, masticándose y adheridos por cintura, cadera, coxis y rabadilla y el chaval que la sujeta como quien sujeta un mundo entero, un planeta, al tiempo le cuenta al mismo mundo congelado en esa esquina, que esa chica es suya, o quiere que sea suya , una vida entera o esa vida que es la única que conoce y que dispone. Lejos de separarse, se juntaban más, juraría que ni respiraban y si lo hacían , tendría a la fuerza que ser de manera invisible y precipitada, dejando pasar pequeñas cantidades de oxígeno entre el inexistente espacio que quedaba libre entre sus bocas disueltas, devastadas por todo aquel mar de arrebato adolescente. Pensé que nadie en su sano juicio querría avisarles, avisarles de lo que viene después, con el tiempo, cuando tengan dieciocho o veintitrés o treinta y tantos y ella conozca las fiestas fin de curso, los viernes de cosquillas que terminan en domingos de resaca, para qué, para qué joderles con lo que viene , si tarde o temprano jugarán al Lego en otras cinturas, en otras caderas, en otras rabadillas y quien sabe si olviden aquellos besos de esquina que ocupaban orgullosos una tarde de dos mil cinco. Nadie querría avisarles, porque eso sería como tirar piedras a los perros que fornican en la calle y escapan aullando , desencajados y jodidos. Yo creo que cuando me detuve en aquel semáforo, también se detuvo el tiempo y un poco todo, las calles, el tráfico y un banco de cúmulus que al alcanzar la vertical de sus cabezas, de sus bocas, de sus lenguas, descargó un espléndido temporal.

lunes, marzo 13, 2006

Hasta mis ejércitos soñados sufrieron derrota / hasta mis sueños se sintieron falsos al ser soñados

miércoles, marzo 08, 2006

martes, marzo 07, 2006

[...]
bueno, yo no era realmente un vagabundo.
yo tenía tarjeta de la biblioteca
y sacaba y devolvía libros,
montones de libros,
siempre hasta el límite de lo permitido:
Aldous Huxley, D.H. Lawrence, e.e. cummings, Conrad Aiken, Fiódor Dos, Dos Passos, Turguénev, Gorki, H.D. Freddie Nietzche, Shopenhauer, Steinbeck, Hemingway, etc.
siempre esperaba
que la bibliotecaria me dijera:
"que buen gusto tiene usted, joven."
pero la vieja puta
ni siquiera sabía quién era ella,
cómo iba a saber quién era yo.
pero aquellos estantes contenían
un enorme tesoro:
me permitieron
descubrir a los poetas chinos antiguos como Tu Fu y Li Po
que son capaces de decir en un verso
más que la mayoria
en treinta o incluso en ciento.
Sherwood Anderson
debe de haberlos leído también.
también solía sacar
y devolver los Cantos y Ezra
me ayudó a fortalecer
los brazos si no el cerebro.
maravilloso lugar
la Biblioteca Pública de Los Angeles
fue un hogar para alguien
que había tenido un hogar infernal
ARROYOS DEMASIADO ANCHOS PARA SALTARLOS LEJOS DEL MUNDANAL RUIDO CONTRAPUNTO EL CORAZÓN ES UN CAZADOR SOLITARIO
James Thurber John Fante Rabelais De Maupassant
algunos no me decían nada:
Shakespeare, G.B. Shaw, Tolstói, Robert Frost, F. Scott Fitzgerald
Upton Sinclair me llegaba más
que Sinclair Lewis
y consideraba a Gogol y a Dreiser
tontos de remate
pero tales juicios
provenían mas del modo
en que un hombre s
e ve obligado a vivir que de su razón.
la vieja Biblioteca Pública de Los Angeles
muy probablemente
evitó que me convirtiera en un suicida,
un ladrón de bancos,
un tipo que pega a su mujer,
un carnicero o un motorista de la policía y,
aunque reconozco que puede que alguno sea estupendo,
gracias a mi buena suerte
y al camino que tenía que recorrer,
aquella biblioteca estaba allí
cuando yo era joven
y buscaba algo a lo que aferrarme
y no parecía que hubiera mucho.
y cuando abrí el periodico
y leí la noticia sobre el incendio
que había destruido la biblioteca
y la mayor parte de lo que en ella había
le dije a mi mujer: "yo solía pasar horas y horas allí …"
EL OFICIAL PRUSIANO EL ATREVIDO MUCHACHO DEL TRAPECIO TENER Y NO TENER
NO PUEDES RETORNAR A TU HOGAR.

sábado, marzo 04, 2006

jueves, marzo 02, 2006

Se muere tan condenadamente despacio y por partes: cada muela, cada músculo y cada hueso se despiden aparte, como si uno se hubiera llevado especialmente bien con ellos.