martes, abril 25, 2006

Un hombre había dibujado un círculo rojo por el Este. El fantasma de otro círculo alrededor de la esfera de la luna giraba en torno a una nube. Se pasó la lengua por los labios revestidos milagrosamente de carne y piel. Tenía en la boca un extraño sabor como si la última noche, hacía ya trescientos años, se hubiera dormido teniendo la corola de una amapola entre ellos. Seguía en su cabeza el viejo rumor de Callaghan. Entre el amanecer y la noche le había hablado de la muerte, había escuchado una carcajada que aún le retumbaba en los oídos. El gallo volvió a cantar y se oyó el trino de un pájaro como una guadaña en un trigal. Rhiana, con la garganta desnuda y dulce, entró en la habitación. -Rhiana -dijo-, dame la mano. Ella no le oyó. Se quedó junto a la cama y le miró con infinito dolor. -Dame la mano -dijo. Y poco después: -¿Por qué me echas la sabana encima de la cara?

El visitante - Dylan Thomas

(Javier Delgado y Roberto Domínguez, mañana, a las 22.30, nos vemos en el Savor)